Idioma checo
El idioma checo (autoglotónimos čeština, český jazyk) es una lengua eslava occidental hablada principalmente en la República Checa, que se representa en la escritura utilizando el alfabeto latino junto con diversos signos diacríticos.
La lengua checa puede parecer compleja para quienes la aprenden como lengua extranjera; dicha complejidad se debe, entre otros aspectos, a su morfología. Otra peculiaridad de esta lengua es la aparente libertad en la sintaxis; a menudo, cualquier posibilidad organizativa de los términos es gramaticalmente aceptable. El ruso es una de las lenguas eslavas que comparte estos rasgos. A su vez, su similitud con el eslovaco provoca que sea un idioma inteligible con este.
Es hablada por la mayor parte de la población de la República Checa, además hay hablantes de este idioma distribuidos por los seis continentes (cerca de unos 13 millones en total). undefined
La lengua checa puede parecer compleja para quienes la aprenden como lengua extranjera; dicha complejidad se debe, entre otros aspectos, a su morfología. Otra peculiaridad de esta lengua es la aparente libertad en la sintaxis; a menudo, cualquier posibilidad organizativa de los términos es gramaticalmente aceptable. El ruso es una de las lenguas eslavas que comparte estos rasgos. A su vez, su similitud con el eslovaco provoca que sea un idioma inteligible con este.
Es hablada por la mayor parte de la población de la República Checa, además hay hablantes de este idioma distribuidos por los seis continentes (cerca de unos 13 millones en total). undefined
País
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República Checa
El Estado checo, antes conocido como Bohemia, se formó en el siglo como un pequeño ducado en torno a Praga en el seno del entonces Imperio de Gran Moravia. Tras la disolución de este en el 907, el centro de poder pasó de Moravia a Bohemia bajo la dinastía Premislidas y desde 1002 el ducado fue formalmente reconocido como parte del Sacro Imperio Romano Germánico. En 1212 el ducado alcanzó la categoría de reino y durante el gobierno de los reyes y duques Premislidas y sus sucesores, los Luxemburgo, el país alcanzó su mayor extensión territorial en los siglos y. Durante las guerras husitas el reino tuvo que sufrir embargos económicos y la llegada de caballeros cruzados de toda Europa.